Una gran cadena ha preguntado por el "Español de la Historia" y ha salido el Rey. Destacan con escándalo los papeles que la audiencia coloca a la Pantoja por delante de Ortega y Unamuno. Como todo el mundo sabe, en los papeles sólo escribe gente cultísima que ha leído toda la obra de Ortega y Unamuno.
Fuera máscaras, señores. Acabemos con la farsa. Mucho escribidor en letra impresa sólo supera a la España ágrafa, pantojil, alérgica a los libros y adicta a las basurientas series españolas en un detalle: a los primeros les suenan Ortega y Unamuno. Algún profesor los citó en su facultad, o han visto las Meditaciones del Quijote y La tía Tula en un anaquel inaccesible, y de reojo, en la librería donde se surten de novelas "históricas" y panfletos de Chomsky.
Nuestra pobre España –teletransportada del hambre a la opulencia, del pluriempleo tardofranquista al paro felipista, luego al crecimiento aznariano, luego al mileurismo zapaterino– ha alcanzado el siglo XXI en pelota intelectual. El Informe PISA pinta a nuestros educandos con orejas de burro que quizá merezcan sus maestros. Y, sin duda, sus ministros.
De Solís ("Menos latín y más deporte") a la esposa de Intermoney, España no se ha puesto aún con la tarea inexcusable de cualquier nación que se precie: una instrucción pública, única, gratuita, rigurosa, obligatoria, exigente y basada en el mérito.
Lo del "Español de la Historia" no se lo puede preguntar Antena 3 a un país que, siguiendo tardíamente a Azaña, ha demolido su historia. Un país que toma a la Pasionaria por Teresa de Calcuta porque Ana Belén la recreó con dulzura. Un país que habiendo sido amo del mundo duda todos los días de su identidad y aun de su existencia. Salvo los entusiastas del juancarlismo, quienes han contestado "el Rey" a Antena 3 no tenían más piezas en el repertorio.
Invirtiendo a Platón, no se puede recordar lo que no se conoce, salvo los profesionales en escarnecer al vulgo en los papeles. Esos sí recuerdan centenares de personajes que no conocen. Con tanto tonto vamos listos, pero con tanto listo vamos peor. Por cierto, el Ortega articulista de El error Berenguer merece una posteridad por debajo de la Pantoja. Y hasta de Chiquito de la Calzada, humorista muy del gusto del Español de la Historia.